The Ritual Box. Experiencias rituales en el interior de la caja.
Un proyecto de Johanna Caplliure y José Luis Giner Borrull.
Tradicionalmente las cajas de ritual han albergado desde sus orígenes objetos religiosos o esotéricos empleados en la celebración de rituales. Los objetos que guardan estas cajas de todos los lugares del mundos, de todas las épocas y de todas las creencias conllevan la protección de aquellos que las custodian, así como la salvaguarda de los misterios de la celebración y del conocimiento oculto que transmiten sus depositarios. Los rituales activan las formas míticas y religiosas de las cuestiones que el ser humano se ha planteado durante toda su historia y que se conforman como modos de acción de potencial purificador, exorcizador e impulsor de la sabiduría. Por lo tanto, podríamos decir que los rituales confieren una acción a formas de conocimiento profundo y oculto que según las épocas han podido ser mostradas de forma más o menos latente.
Sin duda, la cultura contemporánea ha
producido un gran vacío espiritual, pero este secularismo reinante no ha
eliminado la profunda tendencia del ser humano a ir más allá de lo
visible, temporal y racional. De hecho, podemos ver como la segunda
mitad del siglo XX se ha caracterizado por toda una serie de movimientos
que apelaban por este tipo de prácticas: desde los años 60, por
ejemplo, con el movimiento New Age –que incorpora diferentes
métodos como la introducción de doctrinas paganas con una nueva hornada
de dioses o de distintas formas de ocultismo como la brujería, la
astrología, el espiritismo o la estimulación de los chakras con
cristales, entre otras– hasta el resurgimiento de este tipo de
iniciativas ya en la década de los noventa y de fuerte vigencia en la
actualidad con un cierto peso terapéutico. Todo esto hace evidente la
necesidad de alzar voces alternativas para contrarrestar las carencias
de falta de fe y, sobre todo, de falta de confianza ante las doctrinas
implantadas en nuestra sociedad.
Por consiguiente, podemos decir que la
práctica del ritual ha pervivido en nuestros días bajo distintas formas
de explicar la realidad actual inscrita por el trabajo, expresión y
experiencias de muchos artistas con el fin de encontrar una esencia
común en la naturaleza humana que entenderíamos como la argamasa que nos
une. Se ha pretendido ver en las prácticas políticas una vía de
conexión identitaria vinculante más fuerte que la del ritual que, no
obstante, procede de la tradición y que de manera voluntaria se mantiene
en las naciones de una forma natural: el caso más habitual son las
prácticas religiosas a lo largo de todo el mundo o las celebraciones de
ritos desacralizados que aparecen en todos nuestros calendarios de
Norte a Sur y de Este a Oeste. Sin embargo, la fijación de los artistas
contemporáneos no se presenta como memoria o reactivación de rituales
religiosos o paganos de antaño –como ejemplificábamos sucintamente–,
sino que a partir de nuevos rituales de precedentes urbanos, ligados a
las subculturas o a las formas marginales de conocimientos e incluso a
las tribus urbanitas toman poder y espacio en la experiencia de nuestro
día a día.
También es cierto que podríamos encontrar
una cierta rareza en la búsqueda de estos símbolos que permanecen en la
oscuridad de nuestros días, en el misterio de ciertas ideas
“oscurantistas” o incluso en la sorna por la mala publicidad que
adivinos, médiums y telepredicadores realizan de ciertos cultos o vías
de experimentación de la conciencia. Entonces ¿por qué interesarnos en
los ritos? ¿Acaso podríamos hablar de nuevos ritos o rituales
postmodernos que se establezcan en nuestra realidad? Según el famoso
antropólogo de las religiones Émile Durkheim, “los ritos más bárbaros o
los más extraños, los mitos más raros traducen alguna necesidad humana,
algún aspecto de la vida sea éste individual sea social”. Bajo esta
idea, en la que trasluce el salto de la experiencia individual a la
social, podemos atrevernos a decir que con The Ritual Box lo
que pretendemos crear es un espacio para la activación de la conciencia
íntima y personal y una forma de actividad de unión por la propuesta de
los artistas seleccionados. Y por todo esto, es el ritual lo que nos
interesa destacar, puesto que en las prácticas rituales conviven las dos
formas: aquellas que se dirigen al conocimiento y crecimiento personal e
individual y aquellas que afloran del compartir una tradición y una
experiencia que aúna un colectivo. Las formas colectivas en la
actualidad y bajo esta mirada secreta del ritual de las subculturas se
bañaría en las atmósferas de símbolos que cada día vemos más cercanos y
que se instauran de una forma más atractiva y llamativa en nuestro día a
día. Por ejemplo, cada vez es más fácil observar como diseñadores,
coolhunters toman los símbolos y rituales de estas subculturas como
modelos de expresión en moda, diseño gráfico y de objeto e incluso como
firma de muchas de las estrellas de las discográficas que adquieren la
pose de una tradición masónica, mágica, esotérica en la que los símbolos
han sido desposeídos de su significado como el caso del triángulo de
Horus usado por Lady Gaga y otras pop star en la pista de baile.
Así es fundamental que seamos conscientes
que estas prácticas tradicionales también, desactivadas de su poder
sacro y de su potencial como conocimiento, se han visto oscurecidas por
ser aplicadas o vinculadas a prácticas de dudoso crédito. A saber: los
tarotistas de la TV, los gürus New Age con soluciones para la
impotencia o técnicas de rebirthing emocional totalmente asequibles a
los vendedores de crece-pelo del fare west o los falsos predicadores.
Sin embargo, y esto es lo importante en The Ritual Box, es que
se olvida que los rituales permanecen vigentes y vivientes en muchas
formas de cultura contemporánea gracias a su gran poder de comunión y de
cuestionamiento. Es decir, por su potencia de conformar una comunidad y
las propuestas al margen de lo establecido. La experiencia en
congregación y vivir el propio agenciamiento, así como plantearse otras
formas de conocimiento oculto será la vía de actuación que presentará The Ritual Box como veremos más adelante.
Por todo esto, en nuestra “Ritual Box”,
más que tratar de una manera antropológica, histórica o sociológica
estos conceptos y cómo ellos han sido y son aplicados en nuestra
sociedad, proponemos caminar a través de una serie de artistas que basan
sus obras en la creación de una poética de lo oculto. La “oscuridad” es
utilizada para ofrecer un nuevo entendimiento sobre los acontecimientos
o experiencias vividas en la sociedad actual. Por una parte, son
prácticas con una gran expresividad y contundencia crítica, donde la
acción a través de rituales corporales invitan a abandonar la realidad
preestablecida y así liberarse de los prejuicios de la tradición
imperante hacia una puesta del cuerpo como vía de autoconocimiento
primero y lugar de agenciamiento después. Por lo tanto, la danza, la
performance, la música y la palabra como parte del cuerpo se encuentran
como los modos de proceder de los artistas en The Ritual Box.
Por otra parte, las piezas seleccionadas y
que se proyectarán en la sala de exhibición presentan el tránsito hacia
un estado de conocimiento que nos permite alcanzar la parte oscura
–aquello que desconocemos y anhelamos conocer. Por ello, el carácter
simbólico y la representación de lo oculto adquiere un importante
protagonismo a través de distintos objetos y gestos que se toman de las
performances registradas en vídeo y piezas que participa en la
exposición. La manifestación de la acción, la toma de una actitud y la
creación de toda una serie de símbolos, ceremonias, juegos, danzas,
música, etc. por parte del imaginario de los artistas constituirá el eje
de la muestra. Un ritual iniciático que supondrá el punto de partida
hacia un nuevo estado de conciencia tanto psíquico como físico. Además,
los códigos tanto esotérico como enigmático son interpretaciones que los
artistas toman para dar una respuesta a sus dudas e incertidumbres y
bajo los que pretenden desarrollar una experiencia mistérica con quien
se atreva a iniciarse en estas prácticas del conocimiento oculto en The Ritual Box.
Javi Moreno, Cowboy, Performance |
Nadine Byrne, “Dream Family” |
Pil&Galia Kollectiv, “The Future Trilogy” |
Ben Russell, "Black and White Tripps Number Three” |
1 Abril:
Inauguración a las 19.00 h.: Presentación equipo de La Rambleta y de los comisarios: Johanna Caplliure y José Luis Giner Borrull.
Performance: Javi Moreno
11 Abril:
Conversación de los comisarios sobre el trabajo de Pil&Galia Kollectiv.
Proyección: “The Future Trilogy”
18 Abril:
Performance: Pil&Galia Kollectiv con la participación de artistas locales.
25 Abril:
Conversación con los comisarios sobre el trabajo de Nadine Byrne.
Proyección: “Dream Family”
2 Mayo:
Performance: Nadine Byrne.
9 Mayo:
Conversación con los comisarios sobre el trabajo de Ben Russell.
Proyección: “Black and White Tripps Number Three”
16 Mayo:
Performance: Ben Russell
*Entrada gratuita limitada hasta completar aforo.
http://theritualbox.tumblr.com/
https://www.facebook.com/pages/The-Ritual-Box/813940545327224?fref=ts
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